Al-Fakher es una marca de tabaco para shisha nacida en 1999 en los Emiratos Árabes Unidos. Arrancó con una promesa simple —calidad y consistencia— y hoy está presente en más de 100 países, lo que la ha convertido en un estándar de referencia para quienes buscan sabores limpios y fáciles de domar en cualquier setup doméstico o de lounge. La propuesta de valor: cortes homogéneos, lotes estables y un catálogo que combina “clásicos” (manzana doble, menta, uva) con mezclas más modernas.
En mi experiencia, lo que la hace tan “plug & play” es que tolera bien el calor y perdona pequeños errores. Por ejemplo, con carbones de coco y HMD he notado que los sabores cítricos aguantan mejor sin amargar frente al aluminio: si uso papel, me funciona la perforación fina y bajar un carbón a los 10–12 minutos para alargar la curva de sabor.
Además, la marca ha profesionalizado el I+D y el control de ingredientes (cribado de seguridad y laboratorios asociados), lo que explica por qué muchos perfiles saben a lo que prometen sin “caer” a mitad de sesión.
Te dejo una cronología clara (5–7 hitos) para ubicar el origen, la expansión y las principales evoluciones de catálogo y calidad. He sintetizado la información pública de la marca y la he cruzado con prácticas del mercado para que la uses como guía rápida.
Al-Fakher trabaja sobre una base blonde (hoja tipo Virginia lavada) a la que se añade una melaza azucarada y glicerina vegetal para retención de humedad, densidad de humo y transporte de sabor. A nivel de proporciones, la shisha aromatizada suele contener 15–25% de tabaco; el resto son melaza, glicerina y aromas. Se consume por calentamiento indirecto (carbón externo), no por combustión directa; la mezcla trabaja en torno a los 190 °C.
La glicerina es la “autopista” del humo: aporta densidad y mantiene la mezcla estable durante la sesión. En materiales divulgativos de la marca se explica que sus molasas aromatizadas rondan un 40% de glicerina, lo que favorece un humo espeso sin quemar la mezcla si el calor está bien gestionado.
Control de calidad: la marca declara cribados de seguridad de ingredientes y trabajo con laboratorios externos, además de una estandarización de cortes para que el empaque sea predecible (lo notarás cuando migras entre lotes sin cambiar la técnica).
Tip práctico: si un bote abierto te parece “seco” tras semanas, yo masajeo la melaza con una cucharilla 30–60 segundos para redistribuir líquidos antes de cargar; en verano guardo a 18–20 °C y cierro hermético: así evito que se desbalancee y se vuelva áspero a los 20 minutos.
En España verás el catálogo oficial con nombres “signature” (p. ej., The Double Crunch para el clásico Double Apple, Green Chu para menta, Grapio para uva, Big Red Splash para sandía, Big Yellow Green para limón-menta). Cada ficha indica formatos disponibles (50 g, 250 g, 1 kg) según sabor y mercado.
Línea / Formato | Sensación de humo | Intensidad/Nicotina | Perfil de sabor | Setup recomendado | Para quién |
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Original 50 g | Estable, fácil de domar | Media (blonde) | Clásicos (Double Apple/The Double Crunch, Menta/Green Chu…) | Phunnel + HMD | Principiantes y tests de sabor |
Original 250 g / 1 kg | Muy consistente en sesiones largas | Media (blonde) | Amplio catálogo + “signature” | Phunnel o tradicional + HMD | Usuarios habituales / lounges |
Golden/Premium* | Calibrado más “definido” | Media-alta* | Perfiles más complejos* | HMD o aluminio fino | Quien busca matiz y cuerpo |
*Disponibilidad por país; confirma la línea exacta en el catálogo oficial vigente. Como regla de compra, si te estás iniciando yo prefiero 50 g para catar (2–3 sesiones si controlas el calor). En cuanto clavas 2–3 sabores, el salto a 250 g abarata el coste/bol y te da consistencia de lote; a mí me ha funcionado así por años.
La magia (o el desastre) está en el calor. Con Al-Fakher, que es tolerante, puedes moverte entre HMD y aluminio sin dramas, pero conviene un guion:
Mi pauta personal: en cítricos, 2–3 carbones de coco según diámetro y un HMD medio-cerrado. Si tiro de aluminio, bajo un carbón al minuto 10–12 y abro respiraderos mínimos: así evito “picos” y sostengo el dulzor sin quemar.
Cómo distinguir producto original: compra a distribuidores autorizados de la marca (consulta el “Where to Buy” oficial); revisa que el precinto y el lote estén intactos, que la impresión sea nítida y que no haya errores tipográficos. La presencia de QR/barcode verificable y el sellado correcto ayudan a detectar falsificaciones.
Normativa/etiquetado (UE): en la Unión Europea, el tabaco de shisha está sujeto a la Directiva 2014/40/UE (TPD), aplicable desde 2016, que regula presentación y venta: warnings sanitarios combinados y requisitos de trazabilidad, entre otros. Si importas o vendes, revisa las exigencias locales de tu país (idioma, porcentaje de cobertura, pictogramas y control de lotes); si eres comprador, que la caja cumpla con los avisos en tu idioma suele ser una señal de distribución regular.
Conservación: hermético siempre, lejos de luz/calor y cambios bruscos; si abres un kilo, redistribuye en tarros de 250 g. En verano, yo guardo entre 18–20 °C y remuevo la melaza antes de cargar. Si la mezcla se reseca, recupera textura masajeando y deja “reposar” 5 minutos tras cargar para que suba la glicerina.